martes, 31 de mayo de 2011

Lo que me hace pensar Don Miguel...


Hace un buen rato, Don Miguel, el señor que se encarga del estacionamiento en la Universidad, mientras me platicaba de su opinión acerca del por qué los campesinos del estado se niegan a aceptar el sistema de riego por goteo, me dijo una frase muy cierta, que no había escuchado y que jamás se me hubiera ocurrido: "... ahora el agua se mide con probeta, antes era con cubetas..."
Si la frase se le ocurrió el señor, mis respetos porque es digna de utilizarse en una campaña a nivel mundial, y si no lo hizo y por mi falta de interés e ignorancia en esos temas ambientales no me enteré que ya la habían utilizado en una campaña, creo que aunque tarde, acabó por cumplir su objetivo, porque es una frase impactante y realista que nos hace pensar que debemos cuidar nuestros recursos naturales, porque nos estamos acabando la herencia de nuestros hijos y lo que menos debemos heredar a quienes queremos, son problemas...


En efecto, no estamos concientes del daño que le estamos causando al planeta y por consecuencia a nuestros nietos, bisnietos, etc. El agua no tiene producción sino cuidamos el medio ambiente seguiremos teniendo catástrofes de toda índole.... En fin hagamos mas por nuestro planeta y nuestras familias agradecerán las consecuencias sean BUENAS O MALAS.....

Es decir, necesitamos tomar conciencia del deterioro que estamos ocasionando a los ecosistemas, del menoscabo de recursos naturales, y de las consecuencias que a corto o largo plazo estamos ocasionando. A nuestra generación le está afectando en cuanto a cambios climáticos, escasez de recursos naturales, aumento de precios en productos derivados de éstos, etc., pero subsanables o mejor dicho, llevaderos, sin embargo, a las generaciones posteriores, sí les va a afectar de una forma catastrófica, en las que como se dijo alguna vez, las guerras serán por pozos de agua y no por petróleo. No vamos a resolver ningún problema ahorita, pero sí, podemos comenzar a tomar conciencia de ello y aportar un granito de arena cada uno, en fin, comencemos por cambiar nuestra forma de pensar y ojalá podamos solucionar nuestro presente, para no complicarle el futuro a los que dejaremos encargados de nuestro planeta.

Sancho IMPULSO, Gto.


Soy muy interesado!

Imaginemos un poco, ¿usted tiene hijos?, ahora imagínese que por alguna razón ajena a usted van 2 días que no tiene para darles de comer, ellos están hambrientos y tristes, ¿usted robaría, para darles de comer?.

No se sienta mal, la mayoría de la gente no dudaría en robar en esos extremos, pero ¿sabe qué si es preocupante?, que en México existen 20 millones de personas en pobreza extrema y que están dispuestos a robar para poder comer.

No pretendo convertir esto en un sermón dominical, mi interés es meramente económico y me permito extender un poco mi explicación.

Si permitimos que la pobreza siga creciendo tendremos:


  • Mayor cantidad de delincuentes en potencia.
  • Mayor inseguridad y mayor temor de la gente a salir a consumir a los negocios.
  • Menor cantidad de posibles clientes que pueden comprar nuestro producto o servicio.
  • Menor cantidad de inversionistas extranjeros que quieran invertir en México.
  • Menos turistas, derivado de la inseguridad.
  • Más probabilidades de un problema social, lo cual pondría en riesgo la estabilidad de los negocios y el país.

En resumen: + pobreza = + inseguridad = - posibilidad de generar negocios.

Bajo este simple razonamiento, es que hago mi confesión: SOY MUY INTERESADO.

Soy muy interesado en que primero no se incrementen los pobres, y en la medida de lo posible se disminuyan los que ya están en pobreza extrema.

Soy muy interesado en que tengan un ingreso digno, ya que cualquiera de ellos podría ser mi cliente.

Y podría ponerme a discutir si es culpa del gobierno, o de los partidos políticos; que dicho sea de paso también ellos deberían ser muy interesados en este asunto; sin embargo eso no está en mis manos y no lo puedo cambiar, lo único que yo puedo cambiar es mi entorno inmediato:

  1. Crear más fuentes de empleo.
  2. Mantener las que ya tengo.
  3. Buscar nuevas alternativas de negocio que me permita generar mejores ingresos a mis trabajadores.
  4. Fomentar el ahorro desde mi persona, mi familia y mi negocio.
  5. Ser consciente y hacer conciencia en mi entorno, con mi familia, mis amigos, mis colaboradores.
  6. Buscar alternativas para exigir a nuestros gobernantes la atención de este problema, mediante las diferentes organizacionesciviles (Colegios de profesionistas, Cámaras de comercio, Asociaciones de empresarios).
  7. SER INTERESADO, MUY INTERESADO EN DISMINUIR ESTE PROBLEMA QUE TARDE O TEMPRANO VA A PERJUDICAR EL PATRIMONIO DE TODOS.
José Adalberto Galván Galindo, León, Gto.

jueves, 19 de mayo de 2011

¿Cuánto duele una traición?


Mucho, todo, eso duele una traición.

Duele mucho en el momento en que la descubrimos, duele todo cuando la asimilamos.

Y duele porque no porque nos hayan hecho algo, porque sabemos que miles de personas nos pueden lastimar y sabemos quienes quieren hacerlo; duele porque es nuestro orgullo el que se lastima al darnos cuenta de que fuimos nosotros quienes nos equivocamos al haber considerado a quien la comete, un amigo, un hermano, nuestra otra mitad, nuestra familia.

Duele todo, porque cuando meditamos sobre el hecho, nos damos cuenta de que esa confianza que depositamos, siempre la brindamos de manera equivocada, duele porque al recordar cada momento, descubrimos una y otra mentira, una y otra actitud en nuestra contra y que no descubrimos o no quisimos ver a tiempo, duele, porque nosotros nunca hubiéramos actuado igual.


                             ¿Pero cómo podemos hacer que deje de doler?

Atendiendo a la razón, aceptando nuestro error.
Es la postura más difícil para el ser humano, aceptar que nos equivocamos cuando creemos que no es nuestra culpa un mal resultado.

No podemos ni debemos confiarnos de la total lealtad de los demás, hay que ser leales nosotros, pero difícilmente podemos pedir que cumpla un compromiso de lealtad a otra persona, porque recuerda, cada quien tiene necesidades y principios diferentes, cada quien fue educado de manera distinta, cada quien tuvo a sus padres y esos padres les dieron un ejemplo, y sin embargo, puedes tener los mejores padres del mundo, pero el mundo puede hacer que te olvides del ejemplo de tus padres.

Pero al final, ese dolor se convierte en experiencia, tal vez la peor que podamos vivir, pero la mejor que podemos conseguir.

Una experiencia que tal vez no nos permitirá confiar por un tiempo en los demás, pero que algún día, nos permitirá entender que la solución no es desconfiar de las demás personas, sino confiar en que lo que compartamos con los demás, sea exclusivamente lo necesario; más sin embargo, habrá cosas como el amor, en el que no hay puntos medios, confías o no, te entregas o te vas, en ese caso, tú decides si juegas el albur y la carta que eliges; porque siempre nos arriesgaremos a la traición, pero no podemos vivir esperándola, porque nos haremos tanto daño, que acabamos traicionándonos a nosotros mismos.

Por eso, debemos de alejarnos del traidor y hacer las cosas bien, nunca traicionando a nadie, porque la lealtad que ofrecemos para con los demás, es la lealtad que en realidad tenemos con nosotros mismos

PODEMOS VIVIR CON LA TRAICIÓN, MÁS NO CON EL TRAIDOR, PORQUE NOS RECUERDA QUE NOS EQUIVOCAMOS Y QUE NO SOMOS MÁS QUE SIMPLEMENTE HUMANOS.

Anónimo. Fundación Impulso